El refrán destaca cómo cambia la percepción y el trato hacia alguien que ha perdido su estatus, poder o riqueza. «Árbol caído» simboliza a una persona que ha caído en desgracia o ha perdido influencia, y «piedras» representa los obstáculos, críticas o ataques que esa persona enfrenta como resultado. Refleja la tendencia humana a desvalorizar o atacar a quienes ya no están en una posición de poder.