Este refrán sugiere que no se debe obstaculizar la retirada de un enemigo derrotado, sino más bien facilitarla. Implica que es preferible permitir que un oponente se retire pacíficamente en lugar de forzar un enfrentamiento innecesario o arriesgado.
Este refrán sugiere que no se debe obstaculizar la retirada de un enemigo derrotado, sino más bien facilitarla. Implica que es preferible permitir que un oponente se retire pacíficamente en lugar de forzar un enfrentamiento innecesario o arriesgado.