A la que uno no contenta, no bastan dos ni cincuenta: Este refrán sugiere que si una persona no está satisfecha o contenta con algo o alguien, no importa cuántos intentos o esfuerzos realice para cambiar la situación, nunca quedará satisfecha. Pone énfasis en la dificultad de contentar a alguien que siempre encuentra motivos de insatisfacción.