A manos de traidores perecen los buenos servidores: Este refrán advierte sobre los peligros de confiar en personas deshonestas o traidoras. Sugiere que los individuos leales y honestos a menudo son víctimas de traición y engaño por parte de aquellos en quienes confiaban. Es un recordatorio de la importancia de la prudencia en las relaciones.