A quien mucho tememos, muerto le queremos: Este refrán refleja la idea de que a veces, las personas temen o sienten hostilidad hacia alguien mientras esa persona está viva, pero después de su muerte, esa hostilidad disminuye o desaparece. Puede ser una expresión de cómo las tensiones o rivalidades pueden disiparse con el tiempo o cuando ya no existe la amenaza.