Amor y dinero nunca fueros compañeros: Este refrán sugiere que el amor genuino y las preocupaciones financieras tienden a no coexistir bien. En muchas culturas, el amor idealizado se considera puro y no influenciado por factores materiales como el dinero. Por tanto, cuando el dinero entra en juego, se cree que puede corromper la sinceridad del amor.