«El que a otro quitó la vida, la suya juzga perdida»: Este refrán sugiere que aquellos que causan daño o toman la vida de otra persona a menudo se enfrentarán a graves consecuencias legales o personales. También puede interpretarse en un sentido moral, indicando que aquellos que hacen daño a otros pueden sentirse atormentados por culpa y remordimiento.