«El yerro del médico, la tierra lo tapa; el del letrado, el dinero lo sana; el del teólogo, el fuego lo apaga»: Este refrán señala que los errores cometidos por diferentes profesionales o personas se resuelven de diferentes maneras. El error del médico puede ocultarse con la muerte del paciente, el del letrado puede solucionarse con dinero y el del teólogo puede perdonarse o redimirse.