Libro prestado, perdido o estropeado – Este refrán nos recuerda la importancia de tratar con cuidado y respeto los libros prestados. Puede referirse tanto a la pérdida física del libro como a la pérdida de su valor si se daña o se maltrata. La idea subyacente es que cuando alguien presta un libro, está compartiendo algo valioso, y es responsabilidad del receptor mantenerlo en buen estado y devolverlo a su dueño en las mismas condiciones en las que lo recibió.